Yoga Sūtras
Aforismos sobre Yoga de Patañjali
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Actualizado:
febrero, 2023
Pātañjalayogaśāstra (prasaṃkhyāne
’py akusīdasya sarvathā vivekakhyāter
dharmameghaḥ samādhiḥ)
201.
Cuando citta posee vivekakhyāti y actúa siempre con total desinterés, incluso con respecto a prasaṃkhyāna, alcanza dharmameghasamādhi.
202.
Ese brāhmin no se ha aferrado a prasaṃkhyāna y no desea nada, ni siquiera esto. La persona desapegada de esta forma es únicamente vivekakhyāti por
doquier. Ahora no le surgen ya nuevos pratyayas,
pues los saṃskāras han sido destruidos. Entonces, en esa persona,
surge el samādhi denominado dharmamegha.
प्रसङ्ख्यानेऽप्यकुसीदस्य सर्वथा
विवेकख्यातेर्धर्ममेघः
समाधिः॥२९॥
prasaṃkhyāne
’py akusīdasya sarvathā vivekakhyāter dharmameghaḥ
samādhiḥ
Cuando [la mente]
posee conocimiento discriminatorio y actúa [siempre] con total desinterés,
incluso con respecto a la comprensión más profunda, [alcanza] la
interiorización completa [denominada] “abundancia de
virtud”
(Traducción propia)
(Otras traducciones)
Vyaas
Houston |
Respecto a la (citta) que siempre posee vivekakhyāti-identificación de discernimiento (entre sattva y puruṣa), que es totalmente desinteresada incluso respecto al estado elevado, hay dharma-megha-samādhi-absorción en la nube del dharma |
Georg
Feuerstein |
Para [el yogui que esta] siempre desinteresado incluso en [el estado de elevación, sigue], a través de la visión de discernimiento, el éxtasis denominado “nube de dharma” (dharma-megha) |
Christopher
Chapple y Yogi Ananda Viraj |
Además, en [ese estado de] reflexión, quien posee conocimiento
discriminativo y siempre es desinteresado, entra en el samādhi de la nube del dharma
|
P.
V. Karambelkar |
(El estado de samādhi) de un (yogui), que espera interés alguno (o beneficio) incluso con prasaṃkhyāna (=total y completo conocimiento último) (y posee) toda forma de vivekakhyāti (=realización de la más clara distinción entre puruṣa y todo prakṛtika, incluido citta) (se denomina) dharmamegha-samādhi |
James
Haughton Woods |
Para quien es desinteresado incluso con respecto a la Elevación, se sigue en todo caso como resultado del discernimiento discriminativo la concentración [denominada] nube lluviosa de objetos [de conocimiento] |
Emilio
García Buendía |
En efecto, (aquél que está) en meditación totalmente desinteresado de la percepción discriminativa (alcanza) el samādhi “nube de virtud” |
Oscar
Pujol |
La contemplación la “Nube del Dharma” se produce en el caso de aquella persona que, tras conseguir la plenitud de la intelección discriminativa, no se apega ni tan siquiera al conocimiento |
Chip Hartranft |
Aquel que considera incluso los estados más elevados desapasionadamente, discerniendo continuamente la pura conciencia del mundo fenoménico, entra en la etapa final de la integración, en la que la naturaleza se percibe como una nube de formas de experiencias irreducibles |
Vocabulario
prasaṃkhyāne api akusīdasya sarvathā
viveka-khyāteḥ dharma-meghaḥ samādhiḥ
viveka-khyāteḥ (a
partir del conocimiento discriminatorio) sarvathā (totalmente) akusīdasya (desinteresado), prasaṃkhyāne
apy (incluso con respecto a la
comprensión más profunda), samādhiḥ (se da la interiorización completa) dharma-meghaḥ
(denominada “abundancia de virtudes”)
prasaṃkhyāna (prasaṃkhyāne): (m, loc. sg) en estado de elevación, meditación o
reflexión; 1) en el más elevado conocimiento, es decir,
en el conocimiento de la diferencia (vivekakhyāti).
api: y, también, además, incluso,
aunque, pero, aun cuando, a su vez; 1) (a menudo se utiliza para expresar énfasis, en
el sentido de) incluso, también, muy.
akusīda
(akusīdasya): (m,
gen, sg) desde el total desinterés, con completo desapego.
sarvathā: (indecl) de cualquier forma, por cualquier medio, en todo momento, siempre.
viveka-: discriminación, discernimiento, facultad de distinguir con claridad.
khyāti
(khyāteḥ): (f,
gen, sg) desde el discernimiento, desde la visión, de la contemplación, del
conocimiento; 1) de la aceptación permanente de la presencia o existencia de
algo.
vivekakhyāti (vivekakhyāteḥ): (f, gen, sg) desde el conocimiento
discriminatorio; 1) mediante el conocimiento (khyāti) de la diferencia (viveka) entre el si-mismo-esencial (puruṣa)
y el aspecto más puro de la mente (sattva); 2) a partir de la
percepción altamente refinada, denominada también visión de “otroidad” (anyatākhyāti), sabiduría nacida del discernimiento (vivekajajñāna) y conocimiento trascendente
o “liberador” (tārakajñāna).
dharma-: 1) virtud, mérito; 2) deber, justicia, ley natural, religión, orden establecido, costumbre,
institución, obligación individual o colectiva (física, moral o espiritual).
—No
está claro cuál es aquí el significado preciso del término dharma. Algunos lo han traducido como “virtud”, pero a este nivel de realización extática, tiene poco sentido
hablar del yogui como virtuoso o no virtuoso. Ha trascendido las categorías
morales de la vida ordinaria. De forma más apropiada, dharma podría entenderse, como en algunos contextos budistas, refiriéndose a
la Realidad fundamental. En otras palabras, en la consumación de la visión de
discernimiento, el yogui está, como si dijéramos, envuelto por el Sí mismo.
Este éxtasis es una fase pasajera que elimina toda la ignorancia espiritual y
por tanto todas sus repercusiones negativas (como el karma y el
sufrimiento), y es seguida inmediatamente por el acontecimiento de la
liberación (Feuerstein, Georg “The
Yoga-Sūtra of Patañjali”).
megha
(meghaḥ): (m, nom,
sg) nube; 1) nube cargada de lluvia.
—Megha no
debe traducirse como nube (tal como se hace usualmente), sino como “campo” en el sentido de la física
moderna. Se trataría entonces de una condición en la cual los dharmas, que se perciben en un nivel inferior de conciencia, como
diferenciados en un gran número de dharmas específicos, se perciben ahora en su carácter-dharma (unificado): como un “campo”
que rodea la realidad última más bien que como una “cosa” (Klostermaier, Klaus K. “Time in Patanjali's
Yogasutra”, trad. El concepto de tiempo en los
Yoga Sūtras de Patañjali).
dharmamegha
(dharmameghaḥ): (m,
nom, sg) nube cargada de virtud, abundancia de virtudes, santidad.
samādhi (samādhiḥ): (m, nom, sg) absorción, concentración, poner uno
al lado del otro, unión, totalidad; 1) estado de yoga; 2) estado de interiorización
completa; 3) estado mental en el que pueden surgir
poderes extraordinarios (siddhi); 4) estado de interiorización completa que se logra plenamente a
través de la devoción al ser supremo (īśvarapraṇidhāna);
5) estado de interiorización completa, énstasis o meditación profunda en que la
mente se “vacía”
aparentemente de su naturaleza como pensamiento y solo brilla el objeto de concentración; 6) octavo miembro del
yoga de ocho pasos (aṣṭāṅga).
dharmameghasamādhi
(dharmameghasamādhiḥ): (m, nom, sg) interiorización completa con abundancia de virtud.
—El dharmameghasamādhi, la “nube del dharma “, se identifica con el asmitānugata; es un
término técnico de difícil traducción pero que parece referirse a una
abundancia (“lluvia”) de virtudes que colman al yogui inmediatamente. Éste experimenta
simultáneamente un sentimiento de saturación y de ruptura con respecto al
mundo; un sentimiento de “¡basta ya!”, con respecto a todo conocimiento y conciencia; y este
renunciamiento total lo lleva a la asaṃprajñātasamādhi, a la énstasis indiferenciada (Eliade, Mircea “Yoga,
inmortalidad y libertad”).
—Dharma: “ley natural”, “orden natural”, es decir, el modo en que deben estar las cosas; megha: “nube de lluvia”; por tanto, dharmameghasamādhi debe entenderse como un estado de existencia en el
cual el yogui es una “nube de dharma“ —está en armonía con el orden
universal e irradiando virtud por todas partes (Burley, Mikel “Hatha-Yoga - Its Context,
Theory and Practice”).
—La
palabra akusīda describe
al adepto que se aplica a la más elevada forma de desapego, o paravairāgya, por medio del cual se alcanza el énstasis más allá del conocimiento
(asaṃprajñātasamādhi). El término dharmameghasamādhi puede tomarse directamente como
un sinónimo de asaṃprajñātasamādhi o, también, como la culminación de éste (Feuerstein, Georg “The Philosophy of Classical
Yoga”).
—Una
vez que el yogui alcanza el escalón más elevado del ser, su único objetivo es
mantener la conciencia en la misma condición translúcida, renunciando incluso a
las mínimas apetencias mundanas. Esto es lo que se conoce como completo
desapego (I.16). La recompensa de esta negación total
de la existencia de prakṛti per se es
el énstasis de la nube de dharma. No está claro lo que significa la palabra dharma en este contexto. Cualquiera que sea su significado concreto, tal
énstasis representa definitivamente la consumación del asaṃprajñātasamādhi y
precede inmediatamente a la autorrealización, o aislamiento del poder de la
observación (Feuerstein, Georg “The
Yoga-Sūtra of Patañjali”).
—El término dharma-megha proviene de la literatura
budista, donde indica, como aquí, un grado de contemplación inmediatamente
anterior a la liberación. Las connotaciones del término en el budismo parecen
indicar que, en este estado, el bodhisattva es como una nube que llueve la virtud del dharma sobre los seres que todavía
están atormentados por el deseo y la ignorancia. Vyāsa no explica el
significado del término, quizás porque su origen budista era todavía demasiado
evidente. Vācaspati Miśra interpreta la palabra como una nube que
llueve sobre todas las cosas cognoscibles. Bhoja, no obstante, afirma que se
denomina Nube del Dharma porque es como una nube que llueve el dharma de las acciones que no son ni
blancas ni negras y que conducen a la liberación definitiva. La diferencia
principal entre la versión budista y la versión yóguica del término es que en
el budismo la nube llueve para los demás, mientras que en el yoga el beneficio
de la lluvia dhármica acontece para el mismo yogui y produce, como veremos en
el siguiente aforismo, el fin de las aflicciones y del karma (Pujol, Oscar
"Yogasūtra" pag. 381) (Comparar con Wujastyk,
Dominik “Some Problematic Yoga Sutras
and their Buddhist Background”, trad. Algunos yoga sūtras
problemáticos y sus antecedentes budistas).
—La
frontera entre el dharmameghasamādhi y el kaivalya del Yoga, o entre la condición de Bodhisattva y la
de Buda en la etapa de dharmamegha del budismo, es virtualmente imperceptible: es solo
una cuestión de cumplimiento de un proceso, que a partir de entonces tiene una
sola dirección. Y aquí podemos, posiblemente, discernir una diferencia
significativa entre la dinámica yóguica (hindú) y la budista: los textos
budistas enfatizan los aspectos altruistas de esta condición: la posibilidad
para el Bodhisattva / Yogin de ayudar al mundo a alcanzar el objetivo más elevado, los
efectos beneficiosos que tiene "la lluvia del dharma"
con respecto a la extinción de los kleśa de aquellos que aún están bajo su dominio. El Yogasūtra
parece estar interesado en el beneficio del dharmameghasamādhi solo para el yogui: los kleśa y el karman son erradicados, aumenta infinitamente el
conocimiento, el kaivalya está asegurado, lo que significa el establecimiento en su
"auténtico sí-mismo". El Bodhisattva en su cielo Tuṣitas
renuncia, por el momento, a la dicha completa y a la máxima perfección de la
Budeidad, que está a su alcance, y accede a las súplicas de los devas para encarnar y hacerse presente en forma corporal entre los humanos
solo para su beneficio (Klostermaier, Klaus K. “Dharma Megha Samadhi. Comments on Yoga Sutra IV, 29”).
—Hay que tener en cuenta
el juego de lenguaje de Patañjali o la interpretación
bitextual: la palabra prasaṃkhyāna también
significa pago. La palabra akusīda
(sin interés) también se puede leer en un sentido financiero. Por lo tanto, se
puede interpretar que el sūtra
implica que un yogui, que ha pagado su “deuda” kármica sin ningún “interés”
restante, tiene derecho al “bono” del dharma-megha samādhi (Raveh, Daniel “Expolring The Yoga Sutras. Philosophy and Translation", pag 146,
nota 69).
4.29(202):
yadāyaṃ brāhmaṇaḥ
prasaṃkhyāne’py akusīdaḥ, tato’pi na kiñcit prārthayate,
Ese brāhmin no se ha aferrado a su
elevada comprensión y no desea nada, ni siquiera esto.
—Cuando aquél
que ya no tiene ninguna deuda alcanza la perfección, entonces y a raíz de un
conocimiento discriminativo hay dharmameghasamādhi. Es decir, el samādhi es como una nube de bondad en donde el yogui actúa
por el bien incluso sin pensar en él. Quizás pueda decirse que esto sea la
santidad. En todo caso, este aforismo marca el desenlace del hombre en su
relación con el mundo y su prójimo. El yogui no es inactivo, tampoco es
indiferente, sino que actúa y actúa con conocimiento de causa, se compromete
(Desikachar, TKV “Viniyoga, nº 27”).
4.29(202):
tatrāpi viraktasya
sarvathā viveka-khyātir eva bhavatīti
saṃskāra-bīja-kṣayān nāsya pratyayāntarāṇu
utpadyante, tadāsya
dharma-megho nāma
samādhir bhavati ||29||
La persona desapegada de
esta forma es únicamente conocimiento discriminativo por doquier. Ahora no le
surgen (ya) nuevas ideas, pues las semillas de las impresiones latentes (saṃskāras) han sido destruidas. Entonces, en esa persona,
surge el samādhi denominado “abundancia o nube del dharma“.
—Se
posee algún apego a los frutos de la iluminación. Pero finalmente incluso los
apegos positivos (incluso el apego a la iluminación) tienen que cesar. Por eso
en I.50
se dice que hay saṃskāras positivos que pueden bloquear los negativos; y en I.51
se dice que incluso los saṃskāras positivos tienen que desaparecer. Entonces se consigue el “dharmameghasamādhi “. En este estado no hay nada que
conocer, nada que buscar, nada que conseguir y nada que realizar. A estas
alturas los vāsanās no
están ya activos - “las semillas están quemadas” (von Romberg, Margo “https://sanskritdocuments.org/sites/athayoga/sutra_ch4phn.html“).
—Una nube
significa potencialidad de aguas que pueden caer de un momento a otro,
fecundando la tierra y haciendo brotar nuevos gérmenes de vida. Así en la nube
de virtud o santidad, todos los méritos del pasado se reunirían para preparar
la realización del aislamiento supremo. El practicante se encontraría ahora
envuelto en la virtud como en una nube cargada de aguas fecundas (Gardini,
Walter “Yoga
clásico”).
—Como hemos mencionado en el aforismo 2.26, hay dos
tipos de intelección discriminativa: el prasaṃkhyāna y la vivekakhyāti ininterrumpida (aviplava). La intelección discriminativa ininterrumpida
se denomina también prasaṃkhyāna supremo (paramaṃ prasaṃkhyānam VBh 1.2)
y se corresponde con el estado contemplativo de la Nube del Dharma (Pujol,
Oscar "Yogasūtra" pag. 380)
—La nube de irreductibles formas de experiencias, dharma-megha, es la descripción de Patañjali
del estado final de la percepción humana. Este se produce al observar las cosas
en su nivel más básico, en el espacio más breve de tiempo conocible… Como la
mente pertenece al reino de las palabras, sus contenidos están limitados por la
temporalidad, en cambio, la visión de la pura conciencia no lo está. Alzándose
en solitario, puede percibir los instantes más breves de transformación,
mientras las cualidades de los guṇas se proyectan sobre el fluir de la
sustancia de la mente. Es una percepción totalmente distinta de las
percepciones ordinarias, cuyas transformaciones se unen para presentar una
perfecta continuidad, incluso cuando la mente casi ha alcanzado la quietud. Al
igual que los fotogramas de una película, el drama de la yoidad depende de esta
continuidad. Una vez el yogui descompone esta continuidad, el drama se
desvanece. Aunque la superficie de la mente se serene hasta el punto de
reflejar como un espejo la pura conciencia, la mente es prakrítica por
naturaleza. Por eso se manifiesta en forma de elementos perceptivos que están
cambiando sin cesar. Estos elementos, denominados dharmas, son las formas granulares
pasajeras que al combinarse producen aquello que parece ser una corriente de
experiencia unitaria. Al igual que las partículas subatómicas son los
componentes físicos más pequeños y han de inferirse científicamente, un dharma es el fenómeno de la mente más
breve que la pura conciencia puede percibir directamente. En circunstancias
normales, los dharmas parecen fluir juntos, dando un
aspecto de singularidad y sustancialidad a aquello que en realidad es compuesto
e impermanente. Sin embargo, en el samādhi supremo, la pura conciencia percibe con claridad cada uno de esos
inconcebiblemente breves microfenómenos. El yogui reconoce entonces que todas
las cosas son compuestas y que no son más que las ilusorias proyecciones de la
luminosidad, el movimiento y la solidez gúnicas y deja de sentirse atraído por
ellas. Ahora ve que los dharmas no son después de todo un continuo fluir, sino que solo parpadean por
separado ante la pura conciencia. Aunque megha tenga la connotación específica
de “nube”, al utilizar esta palabra Patañjali se está refiriendo al
significado más sutil e inclusivo de “lluvia torrencial”. Los dharmas afloran a la superficie de la mente —y la pura conciencia puede por tanto percibirlos— en distintos momentos, del mismo modo que las gotas de lluvia
llegan al suelo en distintos instantes. Pero como los intervalos que se dan
entre la llegada de las gotas al suelo son tan breves, se experimenta como una
cortina de lluvia, en lugar de advertirlo como innumerables gotas, salvo en el
grado más alto de quietud del cuerpo-mente. Es decir, para el oído profano la
lluvia no es más que la continua precipitación de un torrente de agua, en
cambio, el oído realizado percibe claramente cada una de las gotas de lluvia
entrando en contacto con el suelo… Al igual que el Buda-dharma, que reconoce la omnipresente
presencia de la vacuidad y el nirvana, la realidad de Patañjali siempre es una nube de dharmas que están surgiendo y
despareciendo uno tras otro a una velocidad inconcebible. Para Patañjali el
mundo siempre es así; el yogui al aquietar su mente percibe con una prístina
claridad la verdadera naturaleza de las cosas… En el estado actualizado del dharma-megha-samādhi la mente ya no sigue
contribuyendo en absoluto a la procesión de fenómenos. El drama inherente al
nacimiento, a las experiencias, al sufrimiento y a la muerte cesa y es
reemplazado por un inefable conocimiento. La pura conciencia puede ver ahora su
propio reflejo: inmutable, independiente, inmune al flujo de las energías
fenoménicas, Éste es el logro del ideal yóguico que aunque Patañjali atribuya a
īśvara, la conciencia divina, en
realidad, como toda divinidad, reside en cada uno de nosotros como el potencial
humano más profundo (Hartranft, Chip "Los yogasutra de Patañjali" pag.
124-129)
—Vyāsa afirma que debido a que se
destruye la semilla-saṁskāra de
la corrupción, no pueden surgir más ideas arraigadas en la ignorancia y basadas
en una identidad afligida del yo. El dharmameghasamādhi, según parece, presupone que
el yogui ha cultivado el desapasionamiento superior (paravairāgya), el medio para la conciencia
estática realizada en asaṃprajñātasamādhi (YB I.18). Así, dharmameghasamādhi es más o menos un sinónimo de asaṃprajñātasamādhi e incluso puede entenderse
como la fase consumada del samādhi supra cognitivo o éxtasis, el
paso final en el largo y arduo viaje yóguico hacia la auténtica identidad y la
"soledad". Tiene lugar un cambio de identidad permanente desde la
perspectiva de la personalidad humana hacia puruṣa. Ahora libre de cualquier
dependencia o subordinación al conocimiento o vṛtti, y separado del mundo de la
identificación errónea (saṃyoga),
el yogui aún retiene los poderes gúnicos purificados
de la virtud, incluido el iluminador "conocimiento de todo" (debido
al sattva
purificado), la actividad no afligida. (debido al rajas purificado), y una forma
corporal saludable y estable (debido al tamas purificado).
Completamente despierto a la naturaleza auto luminosa de puruṣa, el yogui es testigo, observa,
percibe la prakṛti,
pero deja de ser atrapado y consumido por el drama o el juego de los guṇas, ya sea en forma de ignorancia
o conocimiento, causa o efecto, identidad personal o sentido de otredad. El
conocedor, el conocimiento y la acción auto transparentes coexisten en un
estado de sintonía mutua (Whicher, Ian "Nirodha, yoga praxis and the
transformation of the mind", pag 283).
Bhoja — Rāja-Mārtanda
(1018-1060)
||4.29||
prasaṅkhyānaṅ yāvatāṅ
tattvānāṅ yathākramaṅ
vyavasthitānāṅ parasparavilakṣaṇasvarūpavibhāvanaṅ
tasminsatyapyakusīdasya phalamalipsōḥ
pratyayāntarāṇāmanudayātsarvaprakāravivēkhyātēḥ
pariśēṣāddharmamēghaḥ
samādhirbhavati. prakṛṣṭamaśuklakṛṣṇaṅ
dharmaṅ paramapuruṣārthasādhakaṅ
mēhati siñcatīti dharmamēghaḥ. anēna
prakṛṣṭhadharmasyaiva jñānahētutvamityupapāditaṅ bhavati.
El
más alto conocimiento se refiere a la meditación acerca de la propia naturaleza
y de las cualidades específicas de cada uno de los principios esenciales (tattva), colocados en su
debido orden. Para aquél que carece de ambición, para el que no busca el fruto
(de la acción), incluso en lo que a esto respecta, al no aparecer ya otras
ideas, y como consecuencia de la lucidez del discernimiento bajo su aspecto
total, surge el énstasis llamado “abundancia de virtudes”.
La abundancia de virtudes (dharmamegha) emite o irriga el dharma más excelente, que no
es ni claro ni oscuro y que es el medio para alcanzar la meta del supremo
“sí-mismo-esencial” (puruṣa).
Con esto se muestra que sólo el dharma más excelente es la
causa del conocimiento.
Śaṅkara
Bhagavatpāda — Yoga-Bhāṣya-Vivaraṇa (s. XIV)
Tal Brāhmin no busca provecho con la práctica de su
meditación, es decir con la práctica de la visión discriminativa; la expresión “ni siquiera esto” quiere decir que tampoco desea nada en el estado meditativo;
posee el conocimiento de la diferencia y está completamente desapegado.
Su cuerpo es como una
casa vacía que tiene su hogar solo en la serenidad del conocimiento. En él
surge el samādhi denominado “nube lluviosa del dharma“, es decir, sobre él
llueve el dharma supremo
denominado aislamiento transcendental —de ahí su nombre técnico.
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