Jñāna
Yoga: El yoga de la sabiduría
Inicio-Home | Āsanas | Prāṇāyāma | Meditación | Yoga Sūtras | DARŚANA
Sāṃkhya Kārikā | RAMAS
DEL YOGA | Sādhus
y Yoguis de la India
| Upaniṣads | Presentaciones
| Religiones comparadas
Abhāva | Adhyātma | Agni | Anna | Aṣṭāṅga | Asparśa | Bhakti | Bhāva | Buddhi | Dhyāna | Ghaṭāsthā | Guru | Haṭha | Hiranyagarbha
|
Japa | Jñāna
Dīpti |
JÑĀNA | Kaivalya | Karma | Kaula | Kriyā | Kuṇḍalinī | Lambikā | Laya | Mahā | Mantra | Nāda | Nirodha | Nyāsa | Pañcadaśaṅga | Pāśupata | Prapatti | Pūrṇa | Rāja | Sahaja | Samādhi | Sāṃkhya | Saṃnyāsa | Saṃpuṭa | Saṃrambha | Saptāṅga | Ṣaḍaṅga | Śiva | Siddha | Sparśa | Tantra | Tāraka | Yantra
Jñāna, sabiduría o conocimiento,
se aplica tanto en contextos sagrados como laicos. Se puede referir al
aprendizaje, o conocimiento conceptual, y a la más elevada sabiduría, visión
intuitiva o gnosis, es decir, a una especie de conocimiento liberador o
intuición. Ocasionalmente, jñāna incluso se equipara con
la Realidad última.
El
Bhagavad Gītā (18.20-22) distingue tres tipos de jñāna
dependiendo de la predominancia de uno u otro de los tres constituyentes
primarios (guṇas) de la naturaleza:
Aquel conocimiento con el cual uno
percibe
una sola sustancia en todos los
seres,
imperecedera,
indivisa en ellos que se hallan
divididos
—has de saber que aquel conocimiento
es sátvico.
Aquel conocimiento que percibe,
en todos los seres, como diversidad,
múltiples sustancias de diversa
clase
—has de saber que aquel conocimiento
es rajásico.
Se llama tamásico a aquél
conocimiento
que se aferra, como si fuera todo,
a un solo objeto,
que no se preocupa por las causas,
trivial, que no tiene como meta la
verdad.
El
Yoga Vasiṣṭha (3.118.5ss.), compuesto hacia el 1100 d.C.,
menciona siete etapas o niveles (bhūmi) de sabiduría:
— śubhaicchā:
puro deseo o intención de conocer;
— vicāranā:
investigación o profunda consideración de las enseñanzas espirituales;
— tanumānasī:
la completa purificación mental;
— sattāppati:
establecimiento en la verdad, o adquisición de la pura esencia;
— asaṃśakti:
desapego, liberación total de los apegos y la esclavitud;
— padārthabhāva:
el reconocimiento de lo que realmente importa, que es la iluminación; la
cesación de la objetividad;
— turīyaga: la
intuición del “cuarto” estado (turīya), que está más allá de todos
los demás.
Estas
etapas de jñāna conducen irrevocablemente a la liberación. Por
tanto, como afirma el Bhagavad Gītā:
Aunque tú fueras el mayor pecador
entre todos los pecadores,
irás más allá del mal
mediante la balsa que es el
conocimiento (4.36).
A
veces, jñāna se contrasta con el yoga (en el sentido de práctica
específica). En este sentido, el Triṣikhi Brahmana Upaniṣad
(2.19) declara:
La sabiduría surge mediante el yoga.
El yoga se desarrolla a través de la
sabiduría.
Esta
rama del yoga es virtualmente idéntica al camino espiritual del vedānta,
colocando en lugar de máxima importancia la gnosis. Es el camino hacia la
autorrealización mediante el ejercicio de la comprensión gnóstica. Se inclina
hacia el estudio de las escrituras, la razón, el argumento y el debate;
concretamente, consiste en el ejercicio constante de discriminación entre lo
irreal y lo real, entre el si-mismo y el no-si-mismo (anātman).
El
Jñāna Yoga enseña el ideal del no dualismo (advaita): la
realidad es la unidad y la percepción de incontables fenómenos diferentes es
una ilusión básica.
Los
maestros del Jñāna Yoga afirman que todas las cosas son reales en
el actual nivel de conciencia, pero en última instancia no están separadas unas
de otras, no hay distinción entre ellas. Tras la iluminación, todo se funde en
la unidad y uno mismo se unifica con el espíritu universal.
El
Jñāna Yoga es un camino orientado hacia la realización de lo eterno
en su aspecto transcendente. El énfasis del Jñāna Yoga está en el
discernimiento del puro conocimiento de la naturaleza y de todo fenómeno
temporal. El jñāna yogui busca descubrir su verdadero sí mismo, el ātman,
en su estado separado del cuerpo o la mente. Cree que algo que sufre cambio no
es su esencia más profunda y debe transcenderse.
El
practicante de Jñāna Yoga considera el poder de voluntad (icchā)
y la razón inspirada (buddhi) como los dos pilares básicos que permiten
alcanzar la iluminación
El
término compuesto Jñāna Yoga se emplea por primera vez en el Bhagavad
Gītā, donde Krishna dice a su discípulo Arjuna:
Yo he enseñado antaño, oh guerrero
sin tacha,
que en este mundo es doble el
camino:
el yoga del conocimiento (Jñāna
Yoga)
para los dedicados a la teoría (Sāṃkhya),
el yoga de la acción (Karma Yoga)
para los dedicados a la acción (yoguis)
(3.3).
Sin
embargo, más adelante Krishna rechaza que sāṃkhya y
yoga sean dos caminos separados:
Los ignorantes, no así los sabios,
señalan como caminos diferentes el sāṃkhya
y el yoga.
Aquel que plenamente recurre a uno
de ellos,
aquél consigue el fruto que deparan
ambos (5.4).
La condición que obtienen los
dedicados al sāṃkhya
la alcanzan también los dedicados al
yoga.
Aquel que ve como una sola cosa
el sāṃkhya y el
yoga,
aquél en verdad ve (5.5).
Kṛṣṇa equipara Jñāna
Yoga con Buddhi Yoga, pues es buddhi, “la facultad de la
sabiduría”, la que hace posible tal discernimiento. (Ver al artículo Buddhi
Yoga).
Śaṅkara, Rāmānuja
y Ramana Maharshi son tres de los mejores exponentes conocidos de este
camino y los textos principales son los Brahma Sūtras y algunos Upaniṣads.
Śaṅkara se refiere
al yoga de la visión no-dual, o advaita—darśana—yoga como Asparśa
Yoga.
Por tanto, Asparśa Yoga es un sinónimo de Jñāna Yoga en
su forma más elevada.
El
jñāna yogui, o jñāni, se siente especialmente atraído
por el camino del intelecto discriminatorio. El sādhana del jñāna
yogui consiste en rechazar todo lo transitorio, aparente y superficial
diciendo "esto no, esto no" (neti, neti), a lo que no es eterno, y así llegar a Brahman
por eliminación. Negando lo que es transitorio, espera residir en lo eterno. No
busca tanto crecer hacia una meta espiritual, como transcender todas las
modificaciones de naturaleza.
El
Tripura Rahasya (19.16ss.), un tardío pero importante texto de la
tradición Śākta sobre Jñāna Yoga, distingue entre
tres tipos de practicantes, dependiendo de la disposición psíquica
predominante:
— El primer tipo adolece de un
exceso de orgullo, que le bloquea en la vía hacia un conocimiento correcto de
las enseñanzas de la no-dualidad; el orgullo puede superarse cultivando la
verdad con ayuda del maestro.
— El segundo tipo sufre de la “ilusión
del hacedor”, de “actividad” (karma), es decir, de la asunción de ser
una personalidad o ego comprometido con los actos, inmerso en la actividad, lo
cual impide el desarrollo de la ecuanimidad y la claridad necesarias para una
auténtica sabiduría; este practicante precisa de un acto de gracia inspirador.
— El tercer tipo, el más común,
sufre del “monstruo” del deseo, es decir, de las motivaciones que existen en
contra del impulso primario de auto-transcendencia. Las personas de este tipo,
por ejemplo, se pierden a si mismas en el ansia de
poder, de la fama o del deseo sexual. Este tipo de persona impulsiva precisa de
un esfuerzo para cultivar el desapego y la discriminación mediante el estudio,
la adoración y la compañía de los sabios.
El
Tripura Rahasya (19.35), sin embargo, afirma que en todos los casos el
factor más importante para lograr el éxito es el impulso constante hacia la
iluminación. Se viene al mundo solo por el deseo de liberarse; tal deseo debe
sentirse profundamente y no basarse simplemente en una fascinación casual o en
ilusiones de grandeza. Sobre todo, la urgencia hacia la realización debe
traducirse en una práctica diaria que permita obtener frutos.
Dependiendo
de los esfuerzos y del tipo de personalidad de los practicantes, el Jñāna
Yoga se manifiesta de forma diferente en cada individuo. Sin embargo, el
desconocido autor del Tripura Rahasya (19.71) aclara rápidamente que
estas diferencias no significan que haya múltiples sabidurías; al contrario, el
jñāni afirma la no-distinción; la sabiduría es co-esencial
con la Realidad.
Esta
obra continua hablando de los jñānis liberados que siguen presentes
en su cuerpo físico. Estos grandes seres, denominados jīvanmukti,
se hallan totalmente desapegados respecto a cualquier condicionamiento o deseo
que pueda surgir en sus condicionadas personalidades.
Una
segunda categoría comprende a aquellos practicantes avanzados de Jñāna
Yoga que se hallan tan concentrados en el sagrado trabajo de la
autorrealización que, inmersos como están, parece que están más allá de la
mente. Estos son los sabios ilustres. Su “carencia de mente” (amanaskatā)
se manifiesta mediante una cualidad similar a la sencillez infantil que refleja
su elevada simplicidad interior. No tienen preocupaciones ni interés alguno por
adquirir más conocimiento o exponer su inteligencia. La mente la utilizan solo
para manejar las cuestiones prácticas de su vida.
La
ventaja del Jñāna Yoga es que proporciona un enfoque seguro sobre
la meta de la auto-realización. Puesto que el jñāna yogui busca lo
transcendente, puede permanecer desapegado de traumas emocionales, problemas
físicos y apego a los frutos de la práctica del yoga (como los siddhi o
poderes paranormales) que contaminan a los aspirantes en otros caminos. La
desventaja del Jñāna Yoga es que puede situar al aspirante
fácilmente en una condición mental ilusoria. Es fácil para el aspirante
inexperto confundir el elevado estado de transcendencia de cuerpo y mente con
su propia condición psicológica de disociación entre cuerpo y personalidad. El
primero es un estado de iluminación, el último está más cercano al autismo. Los
jñāna yoguis inmaduros a menudo no reconocen que Dios tiene dos
aspectos: la quietud y la actividad eternas.
El
Jñāna Yoga es el yoga de la meditación, de la sabiduría a través de
la auto-observación y la conciencia, del estudio y la reflexión, de la
obediencia a las instrucciones del maestro para obtener el control mental y el
discernimiento que nos conducirá a tomar conciencia ecuánime de la realidad con
una inteligencia despierta y llena de creatividad.
En
consecuencia, la principal técnica del Jñāna Yoga es la meditación;
pues solo en el sencillo ámbito interno de la meditación es donde puede
discriminarse con la mayor eficacia entre lo real y lo irreal.
El
Vedānta Sāra (15ss.) de Sadānanda, obra del siglo
XV, afirma que la vía del Jñāna Yoga tiene cuatro medios (sādhana)
principales:
— Viveka: discriminación
entre lo permanente y lo transitorio, entre lo real y lo irreal, es decir, la
constante práctica de observar el mundo como lo que es —una realidad finita y
cambiante que, aún en su faceta más agradable, no debe nunca confundirse con la
Felicidad transcendental;
— Virāga: renuncia ante
los frutos (phala) de las propias acciones; es el elevado ideal del Karma
Yoga, que pide a sus practicantes comprometerse con las acciones correctas
sin esperar recompensa alguna.
— Satsampatti: los seis
logros
o Tranquilidad
(sāma): el arte de permanecer en calma, incluso ante la adversidad.
o Restricción
sensorial (dama): el control de los sentidos, que habitualmente se
hallan excitados con su estimulación.
o Cesación (uparati):
abstención de acciones que no son relevantes para el mantenimiento del
cuerpo-mente o para lograr el objetivo de la iluminación.
o Resistencia
(titikṣā): se entiende concretamente como la habilidad
estoica de no alterarse ante el juego de los opuestos (dvandva) en la
naturaleza, tales como el calor y el frio, el placer y el dolor, la admiración
y la censura.
o Recogimiento
mental (samādhāna): concentración, disciplina de la
unidireccionalidad en todas las situaciones, pero específicamente durante los
periodos de educación formal.
o Fe (śraddhā):
una profunda e inspirada aceptación íntima de lo sagrado y de la realidad
trascendental. La fe no debe confundirse con la simple creencia que opera solo
a nivel mental.
— Mumukshutva:
impulso hacia la liberación, es decir, el cultivo del impulso espiritual.
Algunas
obras, como el brillante comentario de Śaṅkara al Brahma
Sūtra (1.1.4), hablan del camino de tres pasos del Jñāna Yoga,
que consta de:
v Srāvaṇa: escucha de
las tradiciones sagradas,
v Manana: reflexión
sobre su mensaje, y
v Nididhyāsana: meditación
o contemplación de la verdad, que es el si-mismo-esencial (ātman).
Abhāva | Adhyātma | Agni | Anna | Aṣṭāṅga | Asparśa | Bhakti | Bhāva | Buddhi
|
Dhyāna | Ghaṭāsthā | Guru | Haṭha
|
Hiranyagarbha | Japa | Jñāna
Dīpti |
JÑĀNA | Kaivalya | Karma | Kaula | Kriyā | Kuṇḍalinī | Lambikā | Laya | Mahā | Mantra | Nāda | Nirodha | Nyāsa | Pañcadaśaṅga | Pāśupata | Prapatti | Pūrṇa | Rāja | Sahaja | Samādhi | Sāṃkhya | Saṃnyāsa | Saṃpuṭa | Saṃrambha | Saptāṅga | Ṣaḍaṅga | Śiva | Siddha | Sparśa | Tantra | Tāraka | Yantra
© Yogadarshana – Yoga y Meditación