Yogadarshana

Pāśupata Yoga: El yoga de la secta Pāśupata

Inicio-Home | Āsanas | Prāṇāyāma | Meditación | Yoga Sūtras | DARŚANA

Sāṃkhya Kārikā | RAMAS DEL YOGA | Sādhus y Yoguis de la India | Upaniṣads | Presentaciones | Religiones comparadas

Abhāva | Adhyātma | Agni | Anna | Aṣṭāṅga | Asparśa | Bhakti | Bhāva | Buddhi | Dhyāna | Ghaṭāsthā | Guru | Haṭha | Hiranyagarbha | Japa | Jñāna Dīpti | Jñāna | Kaivalya | Karma | Kaula | Kriyā | Kuṇḍalinī | Lambikā | Laya | Mahā | Mantra | Nāda | Nirodha | Nyāsa | Pañcadaśaṅga | PĀŚUPATA | Prapatti | Pūrṇa | Rāja | Sahaja | Samādhi | Sāṃkhya | Saṃnyāsa | Saṃpuṭa | Saṃrambha | Saptāṅga | Ṣaḍaṅga | Śiva | Siddha | Sparśa | Tantra | Tāraka | Yantra

 

Pāśupata Yoga es el nombre colectivo dado a una variedad de enseñanzas Śivaítas posteriores a Patañjali. Estas enseñanzas se exponen en escrituras tales como Śiva Purāṇa, Linga Purāṇa y Kūrma Purāṇa. Su objetivo último es la unión con Śiva.

La orden religiosa de los Pāśupata es la secta más importante de la escuela Śivaita; sus miembros adoran a Śiva como Paśupati (Señor de las Bestias), considerado como maestro de todas las criaturas (pāśu).

Pāśu es un sinónimo de jīva, el si-mismo individualizado o psique. El Śiva Purāṇa (7.1.5.61) describe a todos los seres —desde el dios creador, Brahma, hasta el más inferior de todos— como animales encerrados en un lazo (pāśa) y cuyo alimento es el dolor y el placer. En realidad, sin embargo, los pāśu son todos idénticos a Śiva, o Paśupati, el si-mismo-trascendental. Solo la profunda ignorancia les ciega a su inherente libertad y felicidad.

La orden fue fundada por un asceta legendario denominado Lakulīśa (también, Nakulīśa o Lakulin) que podría haber vivido en siglo II d.C. Lakulin tuvo cuatro discípulos principales: Kuśika, Gārya, Kuruśa y Maitreya, añadiendo a veces el nombre de Patañjali como quinto discípulo.

La iconografía hindú representa generalmente a Lakulin sentado en la postura del loto sobre un altar de cenizas, con un limón en su mano derecha, un bastón (lākula) en la izquierda y el pene erecto, lleno de fuerza vital. El bastón y el limón representan los aspectos masculino y femenino de la Divinidad, respectivamente., aunque sin duda tienen otros significados esotéricos. El pene erecto no se refiere al libertinaje sexual sino al dominio de la energía sexual y la conversión del semen en el misterioso ojas, o vitalidad sutil, que es una parte importante del proceso alquímico que tiene lugar en el cuerpo del yogui.

Lo que resulta tan controvertido de los Pāśupatas es la insistencia en conmocionar a la gente con sus actos excéntricos, como balbucear, emitir resoplidos, decir cosas absurdas, imitar el andar de un cojo, simular temblor en los miembros y hacer gestos obscenos en presencia de mujeres. Con estas libertades se persigue la desaprobación pública para poner a prueba la humildad y la práctica de autotrascendencia. En su comentario sobre el Pāśupata Sūtra, Kauṇḍinya observa:

 

Debe parecer loco, pobre, lleno de suciedad, con barba, uñas y pelo largo, sin ningún cuidado del cuerpo. De esta forma se alejará de las convenciones sociales de castas (varṇā) y etapas de la vida (āśrama), produciéndose el desapego (3.1)

 

Pero hay otro propósito para esta extraña práctica. Los Pāśupatas creen que provocando la censura atraen el mal karma de los otros, al mismo tiempo que les transfieren su buen karma, fortaleciendo así su impulso hacia la total trascendencia de la realidad. Esta curiosa práctica se conoce como Pāśupatavrata, o “voto del Pāśupata”.

Como resulta evidente por la lectura del Pāśupata Sūtra de Lakulīśa, las primeras escuelas de esta tradición fueron más bien ritualistas, desempeñando la filosofía un papel secundario. El ritual yoga de los Pāśupatas incluye numerosas prácticas extáticas, como el canto, el baile y la risa. Los iniciados solo se entregaban a lo “inmanifiesto” (avyakta) cuando se encontraban solos, mientras que el comportamiento excéntrico lo exhibían en el estado “manifiesto” (vyakta), cuando se encontraban en público.

El Pāśupata Sūtra habla del yoga en el capítulo quinto y trata extensamente las disciplinas morales (yama) y las prácticas de autorrestricción (niyama). Recomienda el desapego de todas las cosas pasadas, presentes y futuras, y el apego a lo Divino. El yoga de este texto, altamente ritualizado, debe diferenciarse del Pāśupata Yoga descrito en los Purāṇas, más afín al Yoga-Clásico de Patañjali.

La elaboración filosófica de los Pāśupatas se inició con Kauṇḍinya, que compuso su Panca Artha Bhāṣya (Comentario sobre los Cinco Tópicos del Pāśupata Sūtra) hacia el siglo V d.C. Un nivel más elevado de especulación filosófica se encuentra en el Gaṇa Kārikā, atribuido a Haradattācārya y a un comentario suyo, el Ratna Ṭīkā, del siglo X.

En resumen, los Pāśupatas son teístas. Para ellos, el Señor (īśvara) es el creador, sostenedor y destructor del mundo. En él se incluye lo manifiesto y lo inmanifiesto y, al mismo tiempo, es absolutamente independiente del mundo. Posee un conocimiento ilimitado (jñānaśakti) y puede actuar ilimitadamente (kriyāśakti). Uno de los dogmas más controvertidos de los Pāśupatas es la idea de que la voluntad divina depende por completo de la ley del karma. En teoría, podría recompensar la maldad y castigar la bondad. El estado consumado de liberación, que se denomina “fin del sufrimiento” (duḥkhānta) es totalmente un regalo de su gracia (prasâda).

Previo a la liberación, se halla la condición de yoga, que se define como la “unión del si-mismo (ātman) con el Señor”. Como afirma el Pāśupata Sūtra (5.33), esta unión no es la completa fusión del si-mismo con la realidad última, como en el vedānta no-dualista, sino una forma de unión trascendental, denominada técnicamente Rudrasāyujya (alianza con Rudra). En este estado el cuerpo-mente del yogui participa constantemente de lo divino y su práctica consiste en una devoción constante a Śiva.

El ser liberado comparte la mayoría de las capacidades trascendentales del Señor, como la libertad ante el miedo y la muerte, y el poder sobre el universo. Como en el Yoga-Clásico, la relación entre los seres liberados y el Señor es curiosa: aunque son absolutamente uno con Dios, Dios es al mismo tiempo algo más que los seres liberados, tanto individual como colectivamente.

Para los ascetas Pāśupata las mujeres, en palabras del comentario de Kauṇḍinya (1.9) son “la encarnación del horror y la ignorancia”. Pueden incitar y engañar a los hombres incluso a distancia y, por tanto, deben evitarse a toda costa. Esta misoginia es muy característica de lo que se ha denominado yoga mítico o vertical, que en su camino hacia la total transcendencia sucumbe al contemplar el cosmos como inherentemente hostil y peligroso.

En su noveno capítulo, el Linga Purāṇa proporciona una larga lista de obstáculos y presagios. Pero en primer lugar se incluyen los poderes paranormales (siddhi), que se manifiestan cuando se practica el yoga con gran dedicación. El autor del Linga Purāṇa reclama que solo este tipo de yoga puede proporcionar los ocho grandes poderes paranormales, denominados aiśvarya.

 

© Yogadarshana – Yoga y Meditación